Todo termina, nada prevalece, entierro el hacha de guerra, el dolor ha podido conmigo, pero el recuerdo permanecerá en mi corazón hasta Dios sabe cuándo. Los recuerdos oscuros de aquello que pudo ser y no fué, falsas esperanzas, ilusiones, no se consigue nada con meros espejismos; quiero hechos reales, algo que poder sentir, no perseguir metáforas, no recrear un futuro incierto...
Éste sufrimiento me saca la penosa venda de mis ojos, me abre a nuevas posibilidades, me acerca más a la realidad, no es correcto vivir siempre en un mundo de ensueño, pues los sueños, sueños son.
Lamentarse por lo inalcanzable, no resuelve nada, hay que actuar, salir adelante, buscar soluciones, no mirar atrás, la tentación es muy fuerte y el ser humano es un animal débil, es fácil volver a caer.
Despertar en un nuevo día, levantarse... olvidarlo definitivamente todo.
viernes, 17 de julio de 2009
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Olvidar nunca.
ResponderEliminarNunca.